Que tu vida esté fundada sobre una roca
El mundo globalizado en el que vivimos actualmente, nos enseña realidades que eran difíciles de ver hace 20 años, una de esas realidades que podemos ver es el desequilibrio de millones de personas y por ende el desequilibrio de millones de familias. Muchos investigadores han dedicado tiempo en identificar las diferentes causas que conllevan a estos desequilibrios, yo me atrevo decir, que millones de personas han perdido de vista que tenemos una vida espiritual que alimentar y mantener, y que si no lo hacemos caemos en desequilibrio, causando con esto, desajustes en nuestra vida cotidiana y vienen la mayor parte de nuestros problemas.
A menudo observo cómo personas con un gran potencial personal y profesional están lleno de problemas y circunstancias que los encierran en un cuarto sin salida y que probablemente llevando una adecuada alimentación de su vida espiritual los resultados serían otros. El sistema en el que vivimos no nos enseña a identificar nuestra vida espiritual y mucho menos a alimentarla adecuadamente, este tema, generalmente es hablado sólo en las iglesias, sin embargo sólo se habla, no se practica.
La oración es el único canal que activa nuestra vida espiritual, cuando la hacemos de corazón abrimos otra dimensión que muy pocos conocen. La oración es la que alimenta nuestra vida espiritual, sin ella nuestra vida espiritual es nula y caemos en desequilibrio. Debemos entender que con la oración sincera y de corazón, estamos garantizando el alimento que necesitamos para llevar una vida justa y llena de oportunidades para triunfar, y cuando digo triunfar me refiero a ser feliz, en entender que la vida está llena de muchas cosas bellas que dejamos de lado por estar enfocado en otras cosas.
Cuando nuestra vida la fundamentamos en la oración sincera y la complementamos con la FE, difícilmente caeremos en desequilibrio, puesto que tenemos la llave de esa dimensión en donde abunda la paz y la felicidad. Jesús en el libro de Mateo 7:24-27, explica con una parábola que aquel que funda su casa en una roca, haciendo referencia a la palabra de Dios, su casa no caerá por grande que sean los problemas o circunstancias.
Aprende a identificar y alimentar adecuadamente tu vida espiritual y tendrás la llave de una dimensión llena de abundante paz, amor y felicidad que te ayudará a obtener muchos triunfos en tu vida y no permitirán que nunca caigas a pesar de las circunstancias.
Hasta una nueva publicación.
Simón Fernández