EL Lenguaje de la Fe
En cierta ocasión hace mucho tiempo, me encontré con una gran amiga de la universidad a quien aprecio muchísimo, hubiera querido que tuviéramos un saludo normal de dos grandes amigos que tienen mucho tiempo sin verse, poder sentarnos a tomarnos un café y recordar cuando éramos estudiantes. Sin embargo, no fue así, mi amiga estaba pasando por un momento en el que nadie quisiera estar. Ella se había casado con una persona a quien amaba y recientemente había tenido un lindo bebe, y semanas atrás su esposo había muerto en un accidente de tránsito. Ahora se encontraba viuda, con un niño recién nacido, sin trabajo y en la fase final de un nuevo estudio que había emprendido.
Después de escucharla por un rato, y verla llorar, pude leer en sus ojos, que ella quería seguir adelante, pero no sabía cómo. Lloraba por dolor, pero al mismo tiempo por temor, fue cuando le dije que Dios estaría con ella y que no la dejaría sola, lo único que tenía que tener era FE y demostrárselo al Señor y de esa manera Él la entendería y estaría a su lado. Para la gloria de Dios, ella pudo entenderme e hicimos como una especie de pacto entre amigos para que mantuviera la FE en Dios.
Al poco tiempo de esa conversación, tuvo la oportunidad de conseguir un trabajo, su madre la ayudó con el cuidado de su niño, pudo terminar sus estudios, incluso años después, conoció a la persona que hoy día es su esposo. Por el pacto que hicimos mantuvimos el contacto y un día recibí una llamada de ella, una vez más en llanto, porque había intentado tener un niño y ya en varias ocasiones lo había perdido, incluso médicamente no era recomendable intentarlo nuevamente. Una vez más acordamos hablar el lenguaje de FE con Dios, y sorprendentemente salió embarazada y dio a luz un bello niño, que para los médicos era un milagro haberlo tenido. Hoy día tiene una bella familia para la gloria de Dios.
Con esta historia real, quiero hacerles saber que cuando hablamos el mismo lenguaje de Dios, Él nos puede entender. Para muchos, este lenguaje es difícil entenderlo y mucho más hablarlo. Lo que es cierto es que cuando creemos en Dios y en su hijo Jesús, empezamos a hablar el lenguaje de la FE.
Seguramente, en un momento dado de tu vida has entregado con FE tus circunstancias a Dios y luego ves cómo sorprendentemente encuentras salida, y esas salidas son mucho mejores que las que tenías en mente. El mundo nos absorbe y nos alejamos de Dios olvidando el lenguaje de la FE y perdiendo toda comunicación con nuestro Padre Celestial.
No dejes de comunicarte con el leguaje de la Fe y tu vida será de bendición para ti y tu testimonio será de bendición para otros.
“Entonces le tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho” Mt. 9:29
Simón Fernández
@simonfernandez